jueves, 17 de marzo de 2011

La crisis de deuda pública


Defino Deuda Pública como un conjunto de deuda que mantiene un país debido a los préstamos obtenidos para financiar su gasto e inversión. Por lo que es una vía de financiación del Estado o de cualquier poder público como Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas… que es materializada mediante emisiones de títulos de valores como: Letras del Tesoro, Bonos y Obligaciones del Tesoro. Por las que los estados solventan sus problemas de liquidez pudiendo alcanzar así un mínimo de tesorería y un mínimo de capital para financiar proyectos a largo plazo.                                                                                        
La Deuda Pública está al alcance de casi todos los ciudadanos por unos mil euros, ofreciendo a los compradores unas rentabilidades desde el 1,101% para Letras a tres meses hasta el 5,875% para el caso de Obligaciones a treinta años.
Países como España y Grecia en los últimos años han incrementado de forma espectacular la deuda pública en sus economías, situándose entre los primeros de la UE como las mayores deudas de Estado. Debido a este incremento sus economías se han visto afectadas.
Actualmente la deuda de Grecia se sitúa como la peor economía de Europa llegando hasta el 148,6% del PIB en 2010 y países como Irlanda y Portugal  llegando a estar en situaciones de riesgo pudiendo llegar a la situación sufrida por Grecia.
Debido a porcentajes como el de Grecia sobre el PIB actualmente en Europa se está viviendo una Crisis de Deuda que junto al aumento de los tipos de interés hacen que la situación económica sea difícil.
En circunstancias normales en las subastas de emisiones de deuda son los bancos los que adquieren los títulos de manera unificada con la intención de recolocarlo a otros bancos y se aseguran de que estas subastas tengan la suficiente liquidez considerando la cobertura ofrecida por los futuros, porque el banco solicita a varios precios un importe a una subasta pensando en que lo podrá vender después. Por lo que gracias a la cobertura de futuros el banco unifica su posición neutralizando el riesgo.
Evidentemente esto funciona en circunstancias normales, de poco sirve esto si por efecto del riesgo país la rentabilidad del bono portugués se dispara ya que el futuro en Europa está referenciado al bono alemán. Entonces la cobertura no sirve y habría que recurrir a los CDS. Es por eso que es tan preocupante que aumente la desconfianza, no sólo los inversores que quieren comprar exigen más rentabilidad al estado emisor, además desaparecen todas las compras de los que iban a subasta confiados en neutralizar el riesgo con los futuros. Eso provoca que haya menor demanda en las subastas y por lo tanto si el estado quiere colocar un volumen importante aún tiene que mejorar más la rentabilidad.
El prestigioso Banco de Pagos Internacionales determina los niveles de deuda en términos del PIB futuros, actualmente ha determinado que la situación es insostenible y que son necesarias drásticas medidas para controlar el rápido crecimiento de los pasivos actuales y futuras de los gobiernos y reducir sus consecuencias para el crecimiento y la estabilidad monetaria. Aunque esta entidad duda mucho que se pueda reducir la deuda cuando dan por hecho que es poco probable que el empleo y el crecimiento regresen a sus niveles anteriores a la crisis en el futuro previsible. La previsión a futuro establece que dentro de 25-30 años muchos países estarán comprometiendo el 20% de su PIB sólo para pagar los intereses de toda la deuda que se está generando ahora.
 Actualmente vivimos una crisis de deuda pública y es recomendable a todos los inversores que no participen de ella, debido a su peligrosidad actual porque en cuanto la inflación se coloque en niveles históricos ésta será incluso negativa, y sin la “seguridad total” que ya nadie garantiza, como están indicando los CDS. Además, el mantenimiento de tipos bajos lleva a que los estados puedan colocar su enorme volumen de deuda pública a tipos atractivos, esto ya lo estamos viendo y premeditadamente o no, hay una forma de reducir toda esa deuda: generando inflación. Cuanto menos valor tenga el dinero, el que lo debe tiene más facilidad para devolverlo. Unos tipos más altos “consecuencia de la inflación” serían peligrosísimos para los que necesiten nuevos créditos o los tengan en términos variables.

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